BCI, primer proyecto certificado Passivhaus en Latinoamérica

El edificio que alberga el BANCO BCI en Vitacura es un proyecto pionero en Latinoamérica que convirtió una sucursal de edificación tradicional en una sucursal certificada Passivhaus.

Este edificio tiene como encargo crear un proyecto compacto y urbano  distribuido en  dos pisos.

Marcelo Huenchuñir, arquitecto encargado del proyecto ha explicado todos los desafíos y pasos que tuvieron que seguir para dar forma al edificio y conseguir así su certificación final.

Para entender lo que supuso desarrollar un proyecto como este, en un momento en el que el concepto Passivhaus recién se comenzaba a aplicar en Chile, hay que entender la distribución del edificio y su finalidad para poder alcanzar los objetivos finales.

En el primer piso se ubica la atención de oficinas, ejecutivos y cajero automático, y en el segundo piso la atención al cliente. Esta distribución en doble altura propicia una arquitectura compacta que favorece la eficiencia energética.

Una de las características del edificio que marcó el resto de condiciones, es el hecho que la fachada principal está orientada al sur. Esta condición permitió evitar el sobrecalentamiento, un factor muy importante ya que es un edificio destinado a albergar oficinas y clientes.  El concepto Passivhaus requiere captar la energía del sol, pero también, y mas en este caso concreto, también requiere protegerse de la radiación solar.

De una sucursal tradicional a una sucursal Passivhaus

Este proyecto presentó muchos desafíos porque era el primer proyecto certificado Passivhaus en Latinoamérica. Entre los desafíos a los que se enfrentaron destacan:

  1. Desarrollar soluciones constructivas innovadoras.
  2. Uso de componentes que no estaban presentes en el mercado chileno en el momento de la construcción.
  3. Capacitación de la mano de obra.

El edificio parte con unas características concretas que se tenían que mejorar: la sucursal tradicional tenía poco aislamiento térmico: 50mm en techumbre, paredes muy básicas etc.

Cuando se empieza con el objetivo de mejorar el edificio, se incrementa el aislamiento térmico de la envolvente pasando de 50mm a 150mm, y también la incorporación de termo paneles de control solar. Sin embargo, para conseguir la certificación Passivhaus no era suficiente con lo propuesto inicialmente.

El diseño exigía utilizar 300mm de aislamiento térmico, y trabajar con el triple vidrio hermético para cumplir con los requisitos demandados por el Instituto Passivhaus., independientemente de tener que aplicar correctamente los 5 principios básicos Passivhaus para conseguir la certificación, es decir:

1. Envolvente térmica continua: conservación pasiva de la temperatura interior, consistente en mantener el calor o el frio al interior de la edificación de forma semejante a como lo hace un termo, lo que implica también, diseñar la envolvente en forma continua y compacta.

2. Puentes térmicos: Para evitar los puentes térmicos se utilizaron materiales como la madera que es un material que a diferencia del hormigón ayuda a minimizar el efecto de los puentes térmicos durante la construcción.

La preocupación a la hora de construir este edificio era considerar todos los elementos que podían generar un puente térmico, lo que plantea además el desafío de aislar fundaciones térmicas.

En el momento de la construcción del proyecto no había materiales adecuados en Chile para cumplir fácilmente con una certificación Passivhaus, y se tuvieron que desarrollar estrategias propias para conseguir los objetivos, como, por ejemplo, envolviendo toda la aislación térmica con politileno de alto espesor.

3. Ventanas de alta eficiencia: Ventanas de triple vidrio hermético que proporcionan equilibrio térmico y mayor confort. El edificio cuenta con un sistema de protección solar inteligente (una estacion meteorológica) que detecta cuando hay radiación solar directa y baja las persianas del lado oriente, las sube en el lado poniente, por la tarde lo hace a la inversa y cuando son días nublados las deja subidas.

4. Ventilación controlada con recuperación de calor: cumplir este principio también fue un desafío, porque no se contaba con los elementos necesarios y hubo que importarlos directamente desde Alemania.

El sistema de ventilación con intercambiador de calor permite no solo ahorrar energía y templar el aire que ingresa a la edificación, sino también, filtrarlo y así mejorar la calidad interior del aire y renovándolo continuamente. Una buena ventilación permite aumentar la productividad.

5. Hermiticidad: es otro de los puntos importantes exigidos por Passivhaus. Toda la envolvente del edificio debe ser muy hermética. Se hicieron test de hermeticidad para detectar los fallos iniciales y corregirlos hasta conseguir la hermeticidad mínima exigida.

Tras aplicar todos los criterios Passivhaus y conseguir abordar todos los retos que fueron surgiendo durante la construcción se creó un edificio que goza de un gran confort ambiental interior y de eficiencia energética.

Gracias a la planificación anterior, una mano de obra cualificada, la integración de sistemas activos y servicios especiales que se fueron adaptando a las necesidades del proceso constructivo, se cumplió con el objetivo y el edificio se certificó Passivhaus en 2012.

Esta experiencia supuso un gran reto para sus creadores  ya que tuvieron que romper barreras y mitos en el país.  Finalmente consiguieron abrir mercado en Latinoamérica y contribuir al mejoramiento del  estándar nacional y además conseguir la gratitud de los usuarios.  Este edificio dio paso a nuevos proyectos y asesoramientos Passivhaus en Latinoamérica.